Sobre el enfoque para abordar el hipertexto
Hay como un reclamo general, ambiental, porque toda tentativa de explicar lo que ocurre en cualquier campo de lo real descanse sobre bases teóricas firmes; en ciertas disciplinas se exige, incluso, aunque de manera un tanto mecánica, que se explique, antes de empezar a hacer nada, el "marco teórico" en el que se actuará.
Noé Jitrik, Temas de teoría, 1987
Un concepto puede leerse y abordarse desde diferentes puntos de vista, que cada vez más, atraviesan el campo de lo interdisciplinario; de allí la necesidad de la teoría como estructura para el estudio del hipertexto. Este documento pretende que la teoría y el ejercicio práctico se vuelvan parte del texto; es decir que formen parte del mismo espacio discursivo. En otras palabras, usamos el lenguaje hipertextual para construir nuestro marco de referencia conceptual sobre el hipertexto.
Antes de enunciar los referentes teóricos que estructuran el marco de referencia conceptual se hace necesario precisar el contexto de la reflexión. El contexto nos es dado, en primer término, por una necesidad de revisar y resituar el enfoque conceptual del hipertexto en la Especialización en Literatura con énfasis en producción de textos e hipertextos; un enfoque que en la teoría y en la práctica ha soslayado las transformaciones textuales dadas por la mediación tecnológica. Este último aspecto, constituye la base sobre la cual se asientan nuestras búsquedas y construcciones. De ninguna manera queremos reducir el hipertexto a una práctica concreta (la que se da en el ámbito electrónico), todo lo contrario, lo que pretendemos con este enfoque mediacional, es hacer evidente la siempre bienvenida recomendación de Jhon Dewey (1964): "No hay mejor teoría que una buena práctica".
No renunciamos, entonces, al inventario reflexivo de las concepciones sobre hipertexto, sino que hacemos de éste una forma de ejercicio metacognitivo hipertextual, que nos permita aprehender conceptos y prácticas. El repertorio es amplio, y muy posiblemente inabarcable, pero abrimos los trayectos posibles desde dos horizontes: el hipertexto como fenómeno cultural, estudiado por la filosofía, la comunicación, la literatura, etc.; y el hipertexto como desarrollo tecnológico, abordado contemporáneamente por la informática. Nuestro enfoque se sitúa en una suerte de convergencia de saberes o si se prefiere, exige, un diálogo interdisciplinario.
Nuestro enfoque es la experiencia mediada, base de la cultura, que se construye cada vez más gracias al intercambio simbólico con mediación tecnológica. La sociedad contemporánea encuentra su dinamismo en lo que acertadamente denominó Piscitelli (2002) la construcción tecnológica de la cotidianidad, que es en suma la cultura, donde emerge un nuevo tipo de sociabilidad que convive, no sin resistencias, contradicciones y reservas, con otras formas históricas de sociabilidad. Esta mediatización, caracterizada por el desenclave (Giddens, 1997) producto de la separación espacio-temporal, exige un nuevo modo en el diseño de las interacciones, unas gramáticas nuevas que estructuran, de un modo inédito, las prácticas sociales, incluida en éstas la educación.
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