El hipertexto: un punto de encuentro
El hipertexto: un punto de encuentro
A lo largo de la historia, el hombre ha tenido la necesidad de compartir espacios para intercambiar pensamientos, conocimientos, deseos, emociones y sentimientos; ha necesitado espacios para interactuar con el otro y consigo mismo. Para satisfacer esas necesidades, ha establecido unos puntos de encuentro; algunos, han sido predeterminados por: su naturaleza social (interrelación), la imposición de leyes (religiosas-políticas), la eventualidad y por simple curiosidad.
Algunos puntos de encuentro predeterminados eran los ritos de adoración y celebraciones en los que participaban por voluntad propia en honor a las deidades. Los griegos, por ejemplo, se reunían en el ágora para deleitarse con los cantos poéticos de rapsodas y poetas, éste era un punto de encuentro eventual; mientras que en el Medioevo, el punto de encuentro era obligado, pues debían asistir a las celebraciones religiosas para demostrar su fe, quienes no lo hacían eran juzgados. Otro punto de encuentro eventual consigo mismo y con otros era el manuscrito al cual sólo podían acceder unos pocos privilegiados. A partir de la imprenta se ampliaron las posibilidades de este punto de encuentro (con el autor, con otros lectores, con otras culturas). En la modernidad se fueron estableciendo lugares en las ciudades como parques y teatros a los que asistían por placer o condición social. En la época actual, el hombre busca estos sitios de encuentro a través de algunas herramientas tecnológicas, pues éstas le ofrecen diversas posibilidades de encontrarse con otros desde su propio espacio (Transmutación geográfica, Javier Echeverría, 1994).
Entonces, los mass-media se convierten en el ágora contemporáneo, en el sitio de encuentro; algunos hacen del telepólita un participante pasivo, como espectador (la t.v); otros; como la interfaz lo hace partícipe activo, ya que puede comunicarse con otros, viajar a lugares lejanos sin moverse de su espacio físico, abordar textos, etc, puede elegir una de tantas posibilidades que le brinda la pantalla. En este sentido, el hipertexto electrónico es un punto de encuentro
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