miércoles, 28 de febrero de 2007

Una experiencia de aprendizaje colaborativo

Parafraseando a Bakhtin cuando se refiere a la novela polifónica, se pude decir que el hipertexto permite una diversidad de voces donde ninguna está por encima de las otras, por el contrario se necesita mucha coordinación para construir un texto sin fin, implica al lector construir un camino personal utilizando las posibilidades que le plantean los materiales disponibles y la experiencia recogida. En esa medida cambia el enfoque filosófico con el cual el lector acoge un texto para ser leído, se desplazan los límites del poder que ejercía el autor sobre el lector en la medida en que el lector no está supeditado a seguir fielmente el camino diseñado por este, se transforma además la responsabilidad del autor hacia el lector, ya que, se convierte en un trabajo elaborado entre dos.

El hipertexto puede ser un sistema compuesto por díadas: lector/autor, escritura/lectura, espacio/tiempo, individuo/colectivo, almacenamiento/recuperación, multidireccional/multirelacional, entre otras, las cuales se complementan y comunican permanentemente con el ánimo de aportar al desarrollo del mismo.

Para Pavié, citado por (Durdevic, 2004) el hipertexto no sólo ofrece la posibilidad de fragmentar el discurso, sino que, abriendo el paso a la plurivocidad, permite devolver a la textualidad la antigua función de “experiencia corporativa” de la que gozaba en la edad media. La nueva textualidad recupera algunos elementos premodernos. Ante todo establece un vínculo más directo entre el texto y la realidad, entre el signo y el significado.

El hipertexto responde a la naturaleza del pensamiento humano, que es netamente asociativa. En esa medida, los procesos de aprendizaje serán mucho mejor, pues, se vinculan los conceptos nuevos con aprendizajes previos permitiendo ampliar el mapa cognitivo de cada individuo. (Linn, citado por León 2001).

Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que el hipertexto y la hipermedia ofrecen múltiples posibilidades para que los aprendizajes sean mas significativos, ya que, cada individuo puede encontrar la manera mas apta para expresar sus ideas, para construir coherencias, para establecer relaciones con el fin de aumentar o modificar su conocimiento. Favorece la metacognición, entendida como conciencia de los propios recursos cognitivos con que cuenta el aprendiz (M. Esteban, citado por León 2001), conciencia que involucra: 1. conocimiento de objetivos que se quiere alcanzar con el esfuerzo mental; 2. elección de estrategias para conseguirlo; 3. auto-observación de la ejecución para comprobar si las estrategias elegidas son las adecuadas; 4. evaluación de los resultados para saber hasta que punto se han logrado los objetivos. (Barón, citado por león 2001).

El hipermedio se puede convertir en un laboratorio donde el usuario se convierte en un descubridor, puede probar hipótesis, transformar el entorno, identificar su lógica de funcionamiento mediante la exploración y la heurística lo que lo convierte en un protagonista del proceso enseñanza-aprendizaje. (León; 2001).

Según los pioneros del hipertexto la característica relevante del sistema la constituye el nivel de participación activa del usuario en la interacción con la información, en la medida que se le asignan mayores responsabilidades en cuanto la exploración, establecimiento de nuevos nexos, la secuencia y, en especial, la reelaboración de significados en un proceso formativo-constructivo.

Hipertexto y conocimiento

Posibilidades en el hipertexto

“…el hipertexto electrónico se concibe como un entorno de acción” en donde el texto se toma como objeto al ser recorrido, escrutado, escudriñado, analizado e interpretado. Así mismo, adquiere vida al hacerse partícipe de una construcción o de una creación al establecer relaciones en el trayecto de las diferentes lexias. También se puede tomar como un paisaje para explorar de varias formas: estriadamente y lisamente. En la primera se hace con referencias y trayectos establecidos, dominados por la racionalidad, la causalidad, la secuencia y la rutina. En la segunda, lisamente, se hace un recorrido al azar, de modo dinámico, librado de manipulaciones y transformador. Esto lleva al lector a crear y descubrir (Deleuze, 1997).

Cuando se habla de que el hipertexto se hace partícipe de una creación, me refiero a que el hipertexto facilita al lector la construcción de su propio conocimiento, porque desde su estructura funciona como el proceso de cognición: el sujeto cognoscente adquiere la información, busca nodos para relacionarla con experiencias sensoriales vividas, con experiencias oníricas, textos impresos o digitales leídos; entonces, asocia, crea o transforma esa información, proponiéndola de acuerdo con sus intenciones, intereses o las exigencias del medio. Del mismo modo, el lector aborda el hipertexto, lo interpreta, activando los nodos que le impactan de manera subjetiva; lo relaciona con otro referente ya leído del mismo o de otros textos y puede o no proponerle planteamientos alternos. Por ejemplo: cambiar el final, darle un giro a la historia, desplegar algún fragmento suelto de una narración, emplear personajes o situaciones preexistentes en la literatura para crear otra, etc.

Esta es la propuesta del hipertexto desde el pensamiento asociativo y divagante.(especificar)

Entre otras comprensiones del hipertexto, Jean Clement advierte que éste tiene unas características retóricas en su estructura: sinécdoque creciente, asíndeton y metáfora. La primera consiste en que el fragmento o recorrido se toma por el todo; sin embargo, nunca se visualizará por completo. La segunda, asíndeton, es la ausencia de conexiones. Por eso cada fragmento flota en la pantalla; además no es aceptada en hipertextos informativos, explicativos o argumentativos, porque el lector busca justificación intelectual para los saltos de pensamiento. Y la última permite que un fragmento se preste a varias lecturas según los intereses del lector, por tanto, se desdibuja el poder del autor y el texto potencia su capacidad polisemántica.

viernes, 23 de febrero de 2007

Comunicación e Hipertexto

De acuerdo con el enfoque comunicativo, el hipertexto es un instrumento interactivo que relaciona información en la cual se involucran códigos, tanto lingüísticos como no lingüísticos.

El código lingüístico está conformado por elementos estructurales denominados: lexia, según Landow y Barthes, citados por Ana Calvo Revilla[1], y textón y escriptón, según E.J.Aarseth, citado por la misma autora.

El término lexia designa nodos o secuencias textuales consideradas como unidades de lectura en las que el lector marca su propio eje de lectura textual. Según Landow “Una de las características fundamentales del hipertexto es estar compuesto de cuerpos de texto conectados, aunque sin eje primario de organización"[2].

El textón designa una cadena de grafemas que corresponden a lo escrito por el autor y el escriptón se refiere a una secuencia de textones construidos por el lector. Otros autores denominan el textón como significante y el escriptón como el significado.

El código no lingüístico es aplicable a elementos visuales y acústicos. Los visuales incluyen imágenes, diagramas, mapas y otros, que dan origen a iconos que pueden ser comprendidos por diversas comunidades linguísticas, creándose así un lenguaje universal, también conocido como lenguaje total. Los acústicos, como el sonido ambiente, los efectos del sonido y la música, integrados a los visuales, conforman la hipermedia.

De este modo, el hipertexto permite mayor velocidad de navegación y asociación entre los contenidos, lo cual modifica los procesos cognitivos y conlleva a la aparición de un marco síquico diferente que posibilita un aprendizaje autónomo, replantea modelos pedagógicos convencionales y favorece prácticas educativas abiertas y flexibles.




[1] Calvo R, Ana en Revista Espéculo No 22: Lectura y escritura en el hipertexto p.2

[2] G.P. Landow (1995), Hipertexto. La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología, Barcelona, Paidós, p.74. Citado por Ana Calvo Revilla en Revista Espéculo No 22: Lectura y escritura en el hipertexto p.2

URL: http:/www.ucm.es/info/especulo/número 22/hopertext.htm

sábado, 17 de febrero de 2007

Recorrido

Según Jean Clément, la lectura del hipertexto se compara con el recorrido que se hace por el espacio urbano de la ciudad; algunas veces el caminante sigue una ruta y un objetivo determinados; otras deambula por los caminos(discontinuidad) sin destino fijo a la expectativa de algo que le puede llamar la atención.

El hipertexto al igual que la ciudad ofrece al lector o caminante múltiples posibilidades y trayectos que lo llevan a transformar y a re-crear el texto de acuerdo a sus intereses particulares, haciendo uso de vínculos o enlaces presentes en el texto.

Proceso natural

Kerckhove en Hipertexto y mente de su libro Inteligencias en conexión, afirma que los sistemas de procesamiento de información (entre ellos el hipertexto)serían algo así como una psicotecnología…

El ser humano haciendo uso de la tecnología ha creado extensiones para cada una de las partes del cuerpo, posibilitándole la interacción con el medio, igualmente el hipertexto se puede ligar a la mente como una de las extensiones que facilitan los procesos naturales en la asimilación del conocimiento.

viernes, 16 de febrero de 2007

Un nuevo Encuentro

UN NUEVO ENCUENTRO

Es así que la literatura hipertextual (desde el punto de vista tecnológico y conceptual), genera un nuevo espacio de encuentro entre la Trinidad cotidiana del texto (autor-texto-lector). Trinidad que sufre un cambio esencial, ya que las relaciones establecidas por éstas soportan unas nuevas políticas. La jerarquía que concebía al autor como dueño y señor del texto pierde potencia : de la imagen del Autor ( incólume, rígido, inmortal), surge una re-establecida, desterritorializada y re-estructurada. Un autor que escribe para que el lector escriba; un autor que idea diversas rutas para que el lector decida cuál de ellas tomar; un autor que es creador y creado a la vez: un sujeto que ofrece caminos y permite idear otros tantos ( que crean nuevos textos desde nuevas lecturas).

Del mismo modo la cualidad "pasiva" del lector (pasiva por su incapacidad para intervenir), se vuelve absolutamente activa ya que se le ha concebido el don de Crear. El goce literario adquiere otras perspectivas, en la medida en que el placer mismo de leer se vuelve en placer de escribir: un nuevo personaje literario EL AUTOR-LECTOR...Creador, interventor y viajero del texto.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Hipertexto y conocimiento

"el hipertexto electrónico se concibe como un entorno de acción" en donde el texto se toma como objeto al ser recorrido ,escrutado, escudriñado, analizado e interpretado. Así mismo adquiere vida al hacerse partícipe de una construcción o de una creación al establecer relaciones en el trayecto de las diferentes lexias. También se puede tomar como un paisaje para explorar de varias formas: estriadamente y lisamente. En la primera se hace con referencias y trayectos establecidos, dominados por la racionalidad, la causalidad, la secuencia y la rutina. En la segunda se hace un recorrido al azar, de modo dinámico, librado de manipulaciones y transformador. Esto lleva al lector a crear y descubrir.

Cuando se habla de que el hipertexto se hace partícipe de una creación, me refiero a que el hipertexto facilita al lector la construcción de su propio conocimiento, porque desde su estructura funciona como el proceso de cognición: el sujeto cognoscente adquiere la información, busca nodos para relacionarla con experiencias sensoriales vividas, con experiencias oníricas, textos impresos o digitales leídos; entonces, asocia, crea o transforma esa información proponiéndola de acuerdo con sus intenciones, intereses o las exigencias del medio. Así mismo, el lector aborda el hipertexto, lo interpreta, activando los nodos que le impactan de manera subjetiva; lo relaciona con otro referente ya leído del mismo o de otros textos y puede o no proponerle planteamientos alternos. Por ejemplo: cambiar el final, darle un giro a la historia, desplegar algún fragmento suelto de una narración, emplear personajes o situaciones preexistentes en la literatura para crear otra, etc.

Esta es la propuesta del hipertexto desde el pensamiento asociativo y divagante.

El hipertexto, de acuerdo con Jean Clement, tiene unas características retóricas, en su estructura, que son: sinécdoque creciente, asíndeton y metáfora. La primera consiste en que el fragmento o recorrido se toma por el todo; sin embargo, nunca se visualizará por completo. La segunda, el asíndeton, es la ausencia de conexiones. Por eso cada fragmento flota en la pantalla; además no es aceptada en hipertextos informativos, explicativos o argumentativos, porque el lector busca justificación intelectual para los saltos de pensamiento. Y la última permite que un fragmento se preste a varias lecturas según los intereses del lector, por tanto, se desdibuja el poder del autor y el texto potencia su capacidad polisemántica.

También se puede tomar como un paisaje para explorar de varias formas: estriadamente y lisamente. En la primera se hace con referencias y trayectos establecidos, dominados por la racionalidad, la causalidad, la secuencia y la rutina. En la segunda se hace un recorrido al azar, de modo dinámico, librado de manipulaciones y transformador. Esto lleva al lector a crear y descubrir.

La palabra busca un nuevo soporte

Como a sucedido tantas veces a través de la historia, la palabra se ha servido de diversos soportes para poder llegar a más numero de personas, con la irrupción de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información NTIC, ésta se ha permitido regodearse de muy diversas formas extendiendo sus limites hasta el infinito.

Si bien el hipertexto, como herramienta de la comunicación no es nueva, así lo referencian varios autores, con las NITC se podría decir que es un termino que se pone de moda para plantear como lo escrito se multiplica, se amplia y se expande en tantas posibilidades como la mente humana sea capaz de hacerlo. Lo que también se sabe es que esas nuevas maneras de escribir implican unas nuevas maneras de leer y a su vez unas nuevas maneras de percibir el mundo, que se acompañan necesariamente de nuevos aprendizajes de técnicas y habilidades propias de una sociedad del conocimiento.

En este nuevo espacio, novedoso, para una generación hija del la imprenta, el papel del autor y del lector se intercambian para la construcción de un texto múltiple y en constante recreación como lo plantea Ana María Pepino.

“Nociones como interface, interactividad, virtual, ciberespacio, cibercultura, hipertexto, hipermedia y otras, parecen indicar no sólo una redefinición del papel de los medios de comunicación en el contexto histórico y cultural de la humanidad, sino también un nuevo rumbo de las relaciones de los seres humanos con todo lo crea, de la palabra como orden de pensamiento a la actual computadora”.

Como lo plantea Ana María Pepino con el hipertexto aparecen una serie de palabras que son propias de las NITC y amplían la influencia de los medios de comunicación en los procesos de aprendizaje.

Los conceptos como deslocalización, instantaneidad fugacidad, circulación se imponen a los de espacio, perdurabilidad, estabilidad; el hipertexto digital es un escrito móvil, cambiante, variable cuyo contenido, extensión y direccionalidad está dado y construido por el lector que se transforma en esa medida en autor de su propio texto.

El hipertexto es una red de nodos entre los cuales existen vínculos que permiten la organización jerárquico- asociativa de la información que forma el texto. (Halaban, 2001). De esta manera el usuario se ve abocado a realizar funciones tales como ordenar, jerarquizar, agrupar el conocimiento de diversas maneras, a través de procesos de selección abstracción interpretación o integración y recuperación de la misma, lo cual lo sitúa como un actor de su propio aprendizaje, un participante activo del conocimiento y constructor del mismo, un sujeto que piensa y razona poniendo en juego todo su ser, para la aventura y el azar.

En este sentido (Halaban, 2001), plantea: la lectura lineal, demarcada, y especializada comienza a compartir su lugar con la lectura entramada con el aprendizaje, la creación intelectual y la difusión de producciones.

sábado, 10 de febrero de 2007

Acercamiento al hipertexto literario

Una nueva condición de humanidad emerge con el devenir de lo tecnológico. La manera como los individuos exploran su existencia sufre una metamorfosis esencial: desde lo psicológico, lo psíquico , lo social, lo natural, lo filosófico. Se piensa diferente, se siente diferente; se lee y se escribe diferente. La contemplación del mundo se desarrolla desde otras ópticas. Más aún, el concepto mismo de Contemplación ha sufrido una transfiguración.


El hombre teme a su mundo: cambiante, impetuoso, salvaje; no obstante lo intenta domar con máquinas, artefactos y prótesis: Alejandría se posa en el pecho con la imagen de una memoria portátil…El mundo parece al alcance de las manos aunque, irónicamente, se escapa cada vez más.


Es así que, también, el universo de lo literario llega a una etapa de alteridad. Los conceptos con los que hemos aprendido a aprehender el “Texto” parecen tomar una nueva ruta. Están más vivos que nunca pero vinculados a otra dimensión cartográficamente posible por la llegada del ordenador… La linealidad vital, fundamento del texto impreso, se revierte en una multiplicidad de trayectos posibles soportados por el texto digital. Un supuesto “caos” de rutas minuciosamente ordenadas que propone un novísimo modo de entender la esencia hipertextual de lo humano…


El término Hipertexto plantea de lleno una cualidad intrínseca del ejercicio literario: múltiples vías, salidas, trayectos, conexiones. La posibilidad esencial para hablar de “Literatura Universal” unida de principio a fin por un tejido genésico que establece proyecciones e intimidades. Esa Intimidad que encontramos al leer un texto del Antiguo Testamento con un poema de Charles Baudelaire, o de un cuento de Edgar Allan Poe con una obra de Sófocles, atestigua precisamente la potencia esencial del texto literario como Hipertexto fundacional.


Todas estas conexiones conscientes e inconscientes tanto en el momento de la escritura como de la lectura, se hacen tangibles, se actualizan y reivindican con la aparición de los entornos digitales y su continua intervención en el mundo de lo literario. Intervención que resulta en reinvención del ejercicio literario en la medida en que plantea una nueva condición de textualidad, de narrativa, de autor, de lector, de Literatura … Parafraseando a Marchall Mclujan, el hombre pensado y educado desde la óptica del texto impreso sufre una mutación existencial cuando precisamente su modelo, fuente y soporte de mundo traslada su superficie del papel a la pantalla de otro artefacto tecnológico. Las ausencias, limitaciones, cualidades y sensaciones del papel plantean otras en la pantalla de un PC.

La literatura del texto impreso - tratado de la posesión que el hombre tiene del mundo- le da paso a lo que muchos han llamado Literatura Hipermedial: una literatura naciente que cambiará progresivamente mientras cambien sus soportes, con la premisa fundamental de una mudanza absoluta en el modo mismo como se hace, se lee y se interpreta lo literario.


Esta “mudanza” en los soportes y los fundamentos mismos de la práctica literaria ( de lo impreso a lo digital), permite un desplazamiento –una destirritorialización- de la expresividad literaria. Las lúdicas del lenguaje establecidas a través de palabras y juegos de palabras se instalan en toda una poética, en una instalación de pulsos eléctricos que hacen de estos juegos realidades expresas - realidades virtuales: la imagen, el sonido, el susurro y el gesto se vuelven componentes esenciales del texto literario. Los avatares de la imaginación en el texto impreso y el texto digital: una nueva desterritorialización… de la imaginación.

El hipertexto en la comunicación

Ya habíamos mencionado que un texto es siempre un hipertexto pero cuando el hipertexto se implementa en un computador se amplían las posibilidades con respecto a las que brinda el texto impreso, y no es un asunto meramente tecnológico; la magnitud del hipertexto no está solamente en los bloques de texto, ni en la forma como están organizadas, ni en la posibilidad de recorrerlo por diferentes vías, su magnitud radica en lo que Nelson destaca como la doble vía del hipertexto, un sistema de organización de datos y una forma de pensar.

Si bien la Galaxia Gutenberg facilitó el aprendizaje, la Galaxia McLuhan estructuró una conciencia colectiva, la Galaxia Digital ha generado la globalización del hecho comunicativo* y es en esta galaxia donde el hipertexto asume su rol principal.

“A diferencia de la Galaxia de McLuhan,
la sociedad de la información incorpora
tecnológica y culturalmente la interactividad y,
gracias a la tecnología, la comunicación
adquiere un sesgo hipertextual que transforma
la red en el espacio más sociable”
Manuel G. Guerra

Para la comunicación el hipertexto como un instrumento interactivo relaciona la información involucrando códigos tanto lingüísticos como no lingüísticos que se aplican a elementos visuales como imágenes, diagramas, mapas, etc, dando origen a la aparición de iconos que pueden ser comprendidos por distintas comunidades lingüísticas creándose un lenguaje universal y elementos no visuales que involucran los demás elementos multimediales abriendo paso también a otras posibilidades expresivas en la literatura.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.ucm.es/info/especulo/hipertul/clement.htm Del texto al hipertexto: hacia una epistemología del discurso hipertextual Jean Clément
La cibercultura: incógnitas y retos Revista Envío Edificio Nitlapán, 2do. Piso Universidad Centroamericana UCA

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* La cibercultura: incógnitas y retos Revista Envío Edificio Nitlapán, 2do. Piso Universidad Centroamericana UCA

Los procesos de virtualización en la escritura como tecnología intelectual [1]

Nos permitimos utilizar las herramientas conceptuales (desterritorialización, heterogénesis y efecto moebius) que nos ofrece Pierre Levy[2] (1999) sobre la virtualidad, para entender por qué el texto, desde sus orígenes es un objeto virtual que conoce diferentes actualizaciones, traducciones, impresiones, interpretaciones, dependiendo del contexto y del sujeto. Destaco aquí dos modalidades de virtualización presentes en la escritura y en el libro: una, la separación del aquí y del ahora, ejercicio de desterritorialización por el cual la contingencia física, geográfica, deja de ser obstáculo; y dos, el movimiento permanente del interior al exterior y del exterior al interior (efecto moebius), condición humana que construye al ser individual y social. Estas modalidades de virtualización adquieren sentido en la mutación de identidad como recepción de la otredad (heterogénesis) y no en la desrealización, corolario de lo virtual como ausencia, cuando no de inexistencia.

La escritura constituye, entonces, un vector de virtualización: virtualización de la técnica, no como simple imitación de la lengua hablada o prolongación de un gesto, sino como traducción que alcanza la creación de un universo simbólico autónomo, por tanto, también virtualización del lenguaje. Por último, virtualización de la memoria, en tanto el texto actúa como registro, exterioriza una función cognitiva y permite volver a él en cualquier tiempo y espacio. La separación del aquí y del ahora en la palabra escrita comporta una doble desterritorialización: la del lenguaje articulado dado “en tiempo real”, que existe en tanto es emitido y se conserva en la memoria por la tradición oral en narraciones y relatos; y la del trazo en un soporte tangible que deviene en objeto, que deslocaliza y desincroniza el lenguaje, lo hace visible y transportable, no circunscrito a un espacio porque él mismo es ya lugar.

Hasta aquí, producir los sonidos articulados del lenguaje y juntar letras del alfabeto, no nos proporcionan una tecnología intelectual, en sentido estricto, es decir, aquella que es depósito de un saber, que lo hace visible y enunciable. Para decirlo en otras palabras: una tecnología intelectual, como la escritura, exige de una competencia para concebir símbolos expresivos. Esta exigencia intelectual se configura con la inextricable relación técnica-lenguaje-memoria, en una segunda modalidad de lo virtual: el movimiento del interior al exterior y del exterior al interior. La capacidad intelectual de expresar y comprender símbolos permite aprehender el mundo exterior, el afuera es concebido en un ejercicio de interiorización para luego ser materializado en una forma exterior; la escritura, que a su vez se mueve a otras formas de exterioridad (de registro): el papel, soporte milenario, o más contemporáneamente, el soporte digital.

Gracias a ese transformación de un modo a otro de ser (heterogénesis), aquello que era indisociable de una interioridad, de una subjetividad particular, correspondiente al ámbito de lo privado, se materializa en una forma exterior que lo hace público; pero que, a su vez, precisa de un nuevo proceso de interiorización (la lectura) para hacerlo efectivo: esto es, la relación con un otro, que presumimos pero que no conocemos, a través de un dispositivo tecnológico-expresivo-simbólico (mediación semiótica): la escritura, como forma expresiva, como memoria, ahora liberada de sus contenedores en el hipertexto electrónico.

[1] Esta denominación de la escritura como tecnología intelectual difundida por Pierre Levy fue introducida por primera vez por el antropólogo inglés Jack Goody.

[2] Ver: Levy, P. (1999) ¿Qué es lo virtual? y (1993) “Las tecnologías de la inteligencia. El futuro del pensamiento en la era informática”. Los trabajos de Pierre Levy son deudores, en mucho, de los aportes de André Leroi-Gourhan y su concepción de la comunicación está muy influida por la tendencia pragmática de la Escuela de Palo Alto.

El hipertexto como instrumento interactivo


“El hipertexto se configura a partir de áreas de interacción
en las que no hay principio ni fin”.
Alberto García García[1]

Las nuevas tecnologías digitales de comunicación basan su actuación en la creación de entornos artificiales e interactivos que proponen nuevas formas de relación, autor-texto-lector, basadas en hechos comunicativos distintos a los tradicionales. Estas tecnologías permiten conocer el entorno a partir de interconexiones entre infinitas bases de datos, conectadas a través de una gran red en la que la intertextualidad aparece como una entidad real de relación con el conocimiento, lo que constituye la base del sistema hipertextual.

El hipertexto se constituye, entonces, en un instrumento interactivo por cuanto permite interactuar con todo aquello que llega a través de la pantalla y, además, facilita la comunicación y la asociación de contenidos en un medio informático que relaciona tanto lo verbal como lo no verbal, dado que además del texto escrito contiene imágenes y sonidos.

La informática aplicada a las comunicaciones, en consecuencia, posibilita la interacción con una realidad virtual sustentada por los entornos hipertextuales, la cual, diciéndolo a la manera de Ana Calvo Revilla[2], no es un lugar o escenario mudo en el que se proyectan las sombras de los actantes de la comunicación, sino que es acto, interrogación, interlocución de acciones que realiza el transeúnte virtual. Es espacio que sólo se revela si el usuario lo enuncia mediante el acto discursivo de interrogarlo. Las formas de acceder al texto, por tanto, se multiplican gracias a la posibilidad de interacción que supone un considerable aumento de la diversidad en función del sujeto actuante, más allá del propio texto, dada la nueva característica de la no-secuencialidad en este discurso narrativo.

El hipertexto es un instrumento interactivo que combina textos de diversa índole, susceptibles de ser interrogables, indagables y disponibles a un fructífero diálogo. Estos textos están configurados como un espacio navegable, disponible para ser explorados en múltiples direcciones, en una red inabarcable de nuevas posibilidades, en las que se exige un lector-interlocutor dispuesto a explorar y confrontar su competencia en la experimentación del texto, no como consumidor sino como interlocutor que conversa, colabora y actúa sobre los múltiples itinerarios posibles. Cada lector, de manera peculiar, interpreta o usa el texto en un amplio abanico de posibilidades. Es él quien decide desechar, respetar o transgredir, con el fin de trazar su propio itinerario de lectura, sin jamás llegar a agotar el texto.

Así, el hipertexto se constituye en una propuesta de interacción con una realidad que variará a medida que se va construyendo y el ordenador es una herramienta que posibilita nuevas formas de crear y, por supuesto, de narrar en ese espacio virtual totalmente abierto y dinámico.

[1]Alberto García García
[2]Ana Calvo Revilla

 
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