La hipertextualidad del texto
Jorge Luis Borges[1]
El hipertexto es un número infinito de textos…
y el texto siempre será un hipertexto.
La naturaleza del hipertexto toma fuerza desde la aparición de las nuevas tecnologías de información y comunicación, pero no por esto se puede ver con una mirada independiente a la que le damos al texto mismo, por el contrario en esa búsqueda de razones para entender el hipertexto han surgido, o mejor, han emergido una serie de características comunes que refuerzan la hipertextualidad del texto, desmitificando la idea que el texto solo sea hipertexto a partir de la aparición de las TIC.
Conceptos como intertexto, paratexto, epitexto, hipotaxis, parataxis, por mencionar algunos, son aplicables tanto en el texto impreso como en el hipertexto, lo que cambia realmente, son los soportes que dependen de las tecnologías de cada momento histórico.
Según Lévy la primera tecnología intelectual es la escritura, por su naturaleza técnica y expresiva, pero además, independiente del soporte, el texto es un objeto virtual que se potencializa con la aparición de las TIC facilitando nuevos tipos de lectura y de escritura colectiva que irán tejiendo una red infinita de textos.
Sin embargo también debe quedar claro que conceptos comunes no eximen características propias, lo que en el texto impreso puede tener relevancia en el digital no, la estructura rígida del texto impreso, su lectura secuencial, los conceptos de principio y de fin que corresponden a la primera y última página son completamente distintos a las características del hipertexto que rompe con esta estructura lineal donde el principio y el posible fin, vendrán estructurados a través de los enlaces, el lector será quien decida dónde ir, pero el autor es quien debe colocar los enlaces que guiarán el juicio del lector.
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